Modelos relacionales: tipos y diferencias más allá de la monogamia

Apr 16, 2025

¿Te has preguntado alguna vez si la monogamia es la única forma válida de relacionarse? ¿O simplemente es la más conocida?

Lo cierto es que existen muchos modelos relacionales diferentes, y lo importante es elegir (o construir) aquel que mejor se alinee con nuestras necesidades, deseos y valores. La clave no está en encajar en una categoría específica, sino en que nuestras elecciones sean conscientes, libres y no estén condicionadas por el desconocimiento o la presión social.

La monogamia puede ser una opción totalmente válida si es elegida con convicción. El problema aparece cuando se convierte en la única vía por inercia o falta de referencias. Por eso, hoy queremos acercarte a algunas formas de relación alternativas a la monogamia tradicional.

Por nombrar solo algunos ejemplos: swingers, pareja abierta, poliamor, anarquía relacional… Cada uno de estos modelos tiene características distintas en términos de compromiso, exclusividad, estructura y tipo de comunicación. Y, aun así, dentro de cada uno de ellos hay mucha variabilidad.

Una forma que puede ayudar a ubicarse es imaginar dos ejes: la apertura sexual y la apertura emocional. Es decir, si se pueden tener relaciones sexuales con otras personas, si se pueden tener relaciones afectivas o románticas, o ambas. A partir de ahí, podríamos distinguir entre varias formas de relacionarse:


🔄 Swingers

Suelen ser parejas (o personas) que participan en intercambios sexuales consensuados con otras parejas o individuos.
El foco principal está en la actividad sexual, sin necesariamente establecer vínculos emocionales profundos fuera de la relación principal.

Las interacciones suelen ser ocasionales y se dan en contextos específicos, como clubes o fiestas pensadas para ello. Es una forma de relación con apertura sexual, pero no emocional.


🔓 Parejas abiertas

Relaciones en las que existe un acuerdo para mantener encuentros sexuales (y en algunos casos, también afectivos) con otras personas. La intimidad puede ser sexual, afectiva o ambas, y los límites concretos dependen totalmente de lo que se haya consensuado.

Dentro de este modelo hay mucha diversidad:

  • Puede permitirse solo el contacto físico, sin romanticismo.
  • Puede haber límites contextuales (solo en viajes, solo con aviso, etc.).
  • O incluso se puede aceptar la posibilidad de tener otros vínculos afectivos, con ciertos cuidados.
  • Todo depende del diálogo, de los acuerdos y de cómo se gestiona emocionalmente.


💞 Poliamor

El poliamor implica mantener relaciones afectivas y/o sexuales simultáneas con más de una persona, de forma ética, consensuada y transparente.

Se reconoce que se puede amar a más de una persona a la vez, y cada vínculo puede tener un nivel distinto de profundidad, compromiso o intensidad.

Aquí también hay muchas formas posibles:

  • Triejas: tres personas en una relación conjunta.
  • Polifidelidad: un grupo cerrado donde todos sus miembros se vinculan solo entre sí.
  • Redes poliamorosas: conexiones múltiples entre personas con distintos vínculos.
  • Modelos jerárquicos: donde una relación (por ejemplo, la primaria) tiene más peso o poder de decisión sobre otras.
  • Modelos no jerárquicos: donde puede haber diferencias entre los vínculos, pero sin que uno tenga poder sobre los demás; simplemente porque las circunstancias o los afectos lo configuran así.

Como ves, no hay una única manera de vivir el poliamor. Lo que sí es fundamental es la comunicación honesta, la gestión emocional activa, y sobre todo, la claridad de lo que cada persona desea, puede y quiere ofrecer.


🧭 Anarquía relacional

Este modelo parte de cuestionar la idea de que las relaciones tienen que seguir estructuras predefinidas o jerarquías sociales. No se da por hecho que la pareja tenga que ser más importante que una amistad, por ejemplo.

Se apuesta por relaciones más horizontales, que se construyen desde el deseo y el acuerdo de quienes las viven, sin dar por sentadas ciertas normas por el solo hecho de ser “pareja”, “amigo”, “amante”, etc.

La anarquía relacional no propone la ausencia de estructura, sino que la estructura se acuerde en cada vínculo, sin imposiciones externas. Las etiquetas no desaparecen si son útiles, pero no se imponen.

Es una invitación a revalorizar todos los vínculos y preguntarnos:

👉 ¿Por qué una pareja debe tener más importancia que una amistad?

👉 ¿Qué perdemos cuando asumimos que el amor romántico está por encima de todo?


¿Y entonces, con cuál me quedo?

Lo importante no es elegir una etiqueta y ceñirse a ella, sino usar estas categorías como referencias flexibles. Puede que te identifiques con un modelo, o que combines elementos de varios.

Quizás te ayude a tener un punto de partida, para tener un poco de estructura y te ayude a orientarte. Pero nunca como moldes rígidos que dicten cómo deberían ser nuestras relaciones.

Sea cual sea tu punto de partida, podemos acompañarte en el proceso. Escríbenos si lo necesitas.